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Desde sus inicios, como tienda familiar de ultramarinos en Almodóvar del Río, hasta la actualidad, en la que Taberna Cuatro Caminos se caracteriza por la mezcla de tradición y vanguardia, con la firme apuesta por la calidad de las materias primas.
Rafael Doblaré Cuevas, abuelo del actual propietario, se instala en la casa que hoy se conoce como restaurante “La Taberna de Cuatro Caminos”, con una tienda de ultramarinos que poseía en la parte alta del pueblo (calle La Peña ) al estar más cerca del tránsito comercial y agrícola de la barca que comunicaba con la margen izquierda del rio, donde estaban la mayoría de los cortijos y tierras de labranza, y la pequeña tienda de ultramarinos se transforma en un pequeño almacén donde se podía adquirir desde bacalao, una Hoz, un sombrero de paja, legumbres, etc.
Se hacen cargo del negocio, la hija de Rafael Doblaré Cuevas, Rafaela Doblaré y su marido Juan Sánchez, que son los que habilitan un espacio del negocio para bar, por demanda de los maridos que venían manejando los mulos, burros y caballos que hacían de carga de la compra. Con los años, el bar fue cobrando importancia y todo el resto del negocio se convierte en bar. Que se llamo Bar “Cuatro Caminos”, quedándose la plaza actualmente con ese mismo nombre: “Plaza de Cuatro Caminos”.
Continúan la actividad el hijo de Rafaela Doblaré y Juan Sánchez, Juan Sánchez Doblaré y su esposa Antonia Pozuelo Hidalgo, actual jefa de cocina de “La Taberna Casa de Comidas”. Asesorados en su día por Rafaela Doblaré y Ricardo Arribas, copropietario del desaparecido, restaurante El Bolero en la calle San Álvaro (CORDOBA) y habiendo sido cocinero de grandes casas y padre de la receta que hoy da fama gastronómicamente a Almodóvar del Rio y al Restaurante La Taberna de Cuatro Caminos(LA CROQUETA DE ALMODOVAR).
Si por algo nos conocen en medio mundo es, sin duda por nuestras croquetas.
Discúlpenme que no de la receta, pero sí que hable de la croqueta.
La croqueta, ese bocado crujiente por fuera y tan meloso por dentro que, si es una buena croqueta, nos despierta la memoria gustativa de tiempos no muy lejanos, cuando allá por el mil novecientos cuarenta y tantos se afincó en nuestro pueblo. Ricardo Arribas, tras deambular entre los fogones de algunas ilustres casas y ser copropietario y cocinero de uno de los mejores restaurantes de nuestra capital; Restaurante el Bolero se llamaba.
Hasta Almodóvar se trajo todo su saber hacer culinario, quedando hoy en día para la posteridad la ya conocidisima CROQUETA DE ALMODÓVAR. Que este hombre no tuvo el menor reparo en enseñarle a todas y todos cuantos se interesaban en aprender sus recetas ya que como buen cocinero, disfrutaba enseñando.
Desde aquí, quiero hacer un homenaje a Ricardo Arribas por su extraordinaria contribución a la gastronomía de Almodóvar.
A tío Ricardo.
Juan Sánchez Doblare.